EeF con Adolescentes 3.

¡Un adolescente en casa! ¡A todas horas! ¡Qué horror!

Me hace gracia cuando hablo a veces con otras madres sobre los adolescentes. La gran mayoría de padres no aguanta a sus hijos de adolescentes y aunque debo de reconocer que hay momentos en que uno se tiraría de los pelos..... tampoco es para tanto.

Primero de todo como ya dije en la anterior entrada sobre adolescentes, por mucho que se hace EeF, el joven NO está en casa A TODAS HORAS. Al contrario, a veces tengo que frenarle un poco para que esté un rato en casa ;).

Y realmente un adolescente puede ser bien divertido.

Haciendo EeF ayudará además a quitar el estress de la mañana que creo que sí debe de ser horrorosa para estas otras familias... o quizás no. Pero cada vez, cuando estamos en la mesa del desayuno (y mira que nosotros somos madrugadores para parámetros EeF) y le digo a mi hijo mayor que en teoría ahora mismo tendría que salir ya pitando de casa para empezar el instituto a las 8 de la mañana..... pues qué quieres que os diga..... estamos todos la mar de contentos. En aquellos momentos agradecemos tanto el estar en casa, no a todas horas, pero al menos a esta hora ;).

Así que, tener un adolescente en casa por la mañana, al mediodía y a media tarde es bien divertido como dije. Hay tiempo para una charla más profunda porque ya se puede tener una conversación de "adultos". Hay tiempo para compartir estos aprendizajes ya más serios y se da cuenta que yo no lo sé todo, pero que tampoco pasa nada. Me encanta descubrir A TODAS HORAS que de nuevo sabe algo más que yo no sabía, que yo ni sé, y que yo no tenía ni idea. ¿De quién lo aprendió? De la vida, por si mismo, de sus amigos, de sus lecturas..... es su vida.... es su aprendizaje y yo soy cada vez más puro espectadora.

Por otro lado sí, vamos a ser sinceros. Este adolescente busca su sitio, busca su lugar en esta casa, en esta sociedad. Busca quién es, quién quiere ser y quién puede ser. Y esto a veces va acompañado de momentos de crisis, de traspasar límites, de no encajar, de pura rebeldía.

Pero .... ¿no hemos pasado todos por esto?

En estos momentos difíciles intento recordar lo privilegiada que estoy de poder guiarle en este proceso tan importante para su vida. De poder ser, espero, su punto de referencia, o al menos algún punto de referencia. De estar allí siempre cuando quiere y cuando me necesita.

Me acuerdo que una vez una madre me dijo que dejó de trabajar cuando sus hijos entraban en la adolescencia y siempre me acuerdo de lo que me dijo. Ella argumentaba que era ahora que la necesitaban más que nunca. En esta época tan turbulenta para ellos, la necesitaban a ella tranquila y siempre dispuesta para escuchar y ayudar. Cuando volvían del colegio ella siempre estaba allí a su disposición al 100%.

Esto es también ahora lo que yo intento dar. Estar allí YO A TODAS HORAS por si me necesita y darle a él la oportunidad de estar las horas que quiere.