No sabía que en el Don Quijote podía salir algún párrafo interessante referente a la educación, pero gracias a mi amiga virtual Silvia he descubierto un pasaje que además es muy aplicable a nuestra familia ahora mismo.
Nosotros hemos escuchado algunos capítulos del Don Quijote en audiolibro y la verdad es que no estaba mal. Pero nunca llegamos muy lejos y no habíamos llegado a esta cita.
Nuestro hijo mayor esta semana ha empezado con 6 horas semanales de educación músical integrado en un bachillerato artístico (solo hace las asignaturas extra de música). Dice que quiere dedicarse a la producción músical. Seguirá estudiando para sacarse el bachillerato Belga, pero la idea es combinarlo con música y meterse en el mundo artístico musical.
Vamos a ser sinceros. Es fácil guiar y animar los intereses de un hijo que quiere estudiar ciencias, biología, derecho, medicina etc..... Pero cuando un hijo dice: "mamá, me quiero dedicar a la música."
Pués una traga y piensa ¿No podías haber escogido algo más fácil? ¿Algo más seguro?
¿Pero quién soy yo para quitarle la ilusión? Además hoy en día ¿Qué hay de seguro?
Hace tiempo ya dediqué una entrada al respeto de los intereses de los hijos.
Nuestros hijos cualquier día nos pueden venir con algún interés que nos es difícil de aceptar, o al menos no tan fácil como otros. Pero siempre y cuando no sea un interés que vaya en contra de los valores principales del respeto a los seres vivos y el entorno, uno no puede hacer nada más, (o no debería de hacer nada más) que aceptarlo y animarlo.
La cita que leí en el blog de Silvia, me recordó mucho a ello. Solo habría que cambiar poesía por música ;).
Parte dos capítulo 16
—Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y, así, se han de querer, o buenos o malos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida. A los padres toca el encaminarlos desde pequeños por los pasos de la virtud, de la buena crianza y de las buenas y cristianas costumbres, para que cuando grandes sean báculo de la vejez de sus padres y gloria de su posteridad; y en lo de forzarles que estudien esta o aquella ciencia, no lo tengo por acertado, aunque el persuadirles no será dañoso, y cuando no se ha de estudiar para pane lucrando, siendo tan venturoso el estudiante que le dio el cielo padres que se lo dejen, sería yo de parecer que le dejen seguir aquella ciencia a que más le vieren inclinado; y aunque la de la poesía es menos útil que deleitable, no es de aquellas que suelen deshonrar a quien las posee. La poesía, señor hidalgo, a mi parecer es como una doncella tierna y de poca edad y en todo estremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de autorizar con ella; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio; hala de tener el que la tuviere a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible en ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en lamentables tragedias o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella se encierran. Y no penséis, señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente plebeya y humilde, que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número de vulgo. Y, así, el que con los requisitos que he dicho tratare y tuviere a la poesía, será famoso y estimado su nombre en todas las naciones políticas del mundo. Y a lo que decís, señor, que vuestro hijo no estima mucho la poesía de romance, doime a entender que no anda muy acertado en ello, y la razón es esta: el grande Homero no escribió en latín, porque era griego, ni Virgilio no escribió en griego, porque era latino; en resolución, todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar las estranjeras para declarar la alteza de sus conceptos; y siendo esto así, razón sería se estendiese esta costumbre por todas las naciones, y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni aun el vizcaíno que escribe en la suya. Pero vuestro hijo, a lo que yo, señor, imagino, no debe de estar mal con la poesía de romance, sino con los poetas que son meros romancistas, sin saber otras lenguas ni otras ciencias que adornen y despierten y ayuden a su natural impulso, y aun en esto puede haber yerro, porque, según es opinión verdadera, el poeta nace: quieren decir que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta, y con aquella inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone cosas, que hace verdadero al que dijo: «Est Deus in nobis», etc.También digo que el natural poeta que se ayudare del arte será mucho mejor y se aventajará al poeta que solo por saber el arte quisiere serlo: la razón es porque el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perficiónala; así que, mezcladas la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un perfetísimo poeta. Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama, que siendo él tan buen estudiante como debe de ser, y habiendo ya subido felicemente el primer escalón de las ciencias, que es el de las lenguas, con ellas por sí mesmo subirá a la cumbre de las letras humanas, las cuales tan bien parecen en un caballero de capa y espada y así le adornan, honran y engrandecen como las mitras a los obispos o como las garnachas a los peritos jurisconsultos. Riña vuesa merced a su hijo si hiciere sátiras que perjudiquen las honras ajenas, y castíguele, y rómpaselas; pero si hiciere sermones al modo de Horacio, donde reprehenda los vicios en general, como tan elegantemente él lo hizo, alábele, porque lícito es al poeta escribir contra la invidia, y decir en sus versos mal de los invidiosos, y así de los otros vicios, con que no señale persona alguna; pero hay poetas que, a trueco de decir una malicia, se pondrán a peligro que los destierren a las islas de Ponto. Si el poeta fuere casto en sus costumbres, lo será también en sus versos; la pluma es lengua del alma: cuales fueren los conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos; y cuando los reyes y príncipes veen la milagrosa ciencia de la poesía en sujetos prudentes, virtuosos y graves, los honran, los estiman y los enriquecen, y aun los coronan con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo, como en señal que no han de ser ofendidos de nadie los que con tales coronas veen honradas y adornadas sus sienes.
4 comentarios:
Hola: tenemos que apoyar las decisiones de nuestros hijos porque si les imponemos nuestros criterios en cuanto a su formación al final terminarán por odiar nuestra propuesta. Seguimos en contacto
Me ha encantado el fragmento de Don Quijote (el libro de cabecera de mis hijos ja,ja...)
Bromas a parte, te entiendo perfectamente. Con la de opciones que hay y van a elegir...en fin, no es fácil, pero no nos queda otra que intentar apoyarles y seguir acompañándolos.
Un abrazo.
Don Quijote es una gran obra, tiene moralejas para muchos temas, aunque su lenguaje sea complicado para estos tiempos ,pero es peculiar. Y este me ha encantado porque tiene toda la razón. Yo leí bastante del Don Quijote porque la profesora nos dijo que nos iba a preguntar y no nos especificó ni capítulo ni nada,jaja ,para que lo leyéramos entero.
Marta, esto también es lo que pensamos nosotros. Si vamos en contra no tiene ningún sentido.
Paloma, exactamente no nos queda otra. Tienen que buscar su propio camino.
Seoane, yo le puse buena voluntad al Quijote, pero no pude con él. Le echo la culpa al castellano antiguo que no entiendo jajaja. Aún así, creo que llegamos al capítulo 10 o así en audiolibro ,).
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