A veces parece que los objetos dentro de la casa van cogiendo vida propia y tienen su propio movimiento y evolución.
Aquí la evolución de la cabecera de mi hijo mayor que antes tenía este aspecto. (Si sigue así, el año que viene creo que ya no se verá nada del techo tampoco....)
Por otro lado la cabecera de mi hijo pequeño también tiene vida propia. Cuando yo le hice la foto "de bonito" se vía como aquí, pero después de poco tiempo los peluches se ponen a mover y aparecen en plan revolución:
2 comentarios:
Ya veo que duermen muy bien acompañados... ¡en plena sierra! Muchos besos
Gracias Gemma! A veces parece que ni cabe por los peluches!! Pero le encantan!
Publicar un comentario