A mi hijo pequeño le encantan los puzzles metales chinos. He traido unos cuantos este verano de mi casa porque mi madre los tenía guardados desde años.
Algunos están mezclados o le faltan piezas, pero él está allí dale que dale y de vez en cuando viene todo contento: ¡mamá mira, este ya me lo sé!
Y sí señor, hace pim pam pum y lo monta y lo desmonta.
Me quedo sorprendidísima de la capacidad y paciencia que tiene para descifrarlos y encima con las instrucciones en francés!
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