La aventura de dos chicos y su EeF. Simplemente nuestro día a día.

En este blog cuando hablamos de EeF hacemos referencia a Educación/Enseñanza/Escolarización en Familia.

martes, 31 de mayo de 2016

¿Premiar o no Premiar?

En el mundo de la educación alternativa se oye muchas veces que no se puede premiar a los niños porque de esta manera se les quita la motivación intrínseca. Hace unos años ya hice una entrada parecida sobre este tema y hoy quiero dedicarle un poquito más.

En mi casa, y sobre todo con mi hijo mayor, he utilizado muchísimas veces el sistema de premios para reforzar conductas y aprendizajes positivos. Y debo de reconocer que algunas veces me he sentido culpable por ello y he preferido no mencionarlo en el blog porque sé que tiene mucha controversia.
Según algunas teorías estaba quitando la motivación intrínseca de mi hijo y tampoco estaba del todo segura si lo que hacía iba a dar buen resultado a largo plazo. Solo sabía que en su momento ayudó muchísimo para guiar por buenos caminos toda esta energía que tenía mi hijo mayor.

Hoy puedo certificar que la motivación intrínseca de mi hijo mayor (17 años) no esta dañada para nada.

Desde el viernes pasado está LIBRE.
Y yo he utilizado el sistema de puntos y estrellas bastantes veces con él de pequeño, ha pasado por 3 tandas de examenes libres que ha elegido él mismo, pero a los que yo le he animado y apoyado y en los cuales tuvo que aprender algunas cosas que no le interesaban para nada y para lo que la única recompensa era un título oficial.  (y probablemente también la satisfacción de haber conseguido un objetivo). Y también tiene un trabajillo a diario para lo que recibe dinero y que no iría si no le pagaran.....

.... y aún así, lo que ha hecho el domingo, una vez "libre", no es plantarse en el sofa y decir: estoy libre y ahora no sé qué hacer.....
Sino que ha cogido una libreta y ha apuntado todos sus objetivos para este año de "homeschooling superior" (que no sé muy bien cómo llamarlo).

Tiene mil y uno proyectos.

Además me ha hecho mucha gracia cuando el otro día me dijo: mamá, el fin de semana voy a empezar mi proyecto, pero no un proyecto como los proyectos, sino un proyecto de verdad.

Le veo más motivado que nunca y hablando con él veo que tiene las ideas muy claras.

¿Qué cosas quiere hacer?
Es difícil de explicar.
Yo se lo digo: Es que la gente me pregunta qué vas a hacer el curso que viene y no sé qué decirles.....
Y él me contesta que ya... que es difícil de explicar. Quiere hacer un montón de cosas. Quiere buscarse la vida jajaja.

Desde luego todo lo que quiere hacer no tiene casi nada que ver con lo que ha estado estudiando. A veces me pregunto ¿Para qué tanta física? Pero sí que sé que esta manera de estudiar le ha permitido dos cosas muy importantes:
1. Sacarse un título
2. Tener tiempo para conocerse y empezar a desarrollar todos estos proyectos que tiene en mente.

Porque estos proyectos no los ha empezado este fin de semana. Lleva ya tiempo trabajando en ellos, y tuvo el tiempo para empezar y descubrir. Tuvo tiempo de buscar qué es lo que le gusta y qué es lo que se le da bien. Y le gustan miles de cosas, seguro que alguno se le dará bien bien ;).

Digamos que su camino va por turismo, ocio, música, deporte, aventura, marketing y relaciones públicas .......

Vamos........ un trabajillo de oficina es lo que busca...... ;)

Una cosa que sí le irá muy bien de todo lo que ha estudiado estos años son los idiomas y también sus conocimientos en economía y nociones de empresariales......

Entonces la pregunta es
¿Se puede premiar a los niños?
Yo creo que sí.
¿Se les quita la motivación intrínseca y natural premiando a los niños?
Yo creo que no.
Al contrario.

Creo que sería un error no premiar a un niño que lo necesita, igual que sería un error premiar a un niño que no lo necesita.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan de acuerdo como siempre. He de reconocer que yo también lo he hecho... ejem... lo hago, y en un blog da penilla admitirlo, jeje

Marisunflowers dijo...

¡Felicidades a tu chico! Me alegro un montón por él.

Me quedo con la última frase del post. Creo que es una de esas que uno debería enmarcar y dejar en algún lado visible.

Maribel dijo...

Una vez mi jefa me llamó para felicitarme por el buen trabajo que estaba haciendo. Me sentí muy contenta por ello y mi felicidad hubiera sido mayor si además me hubieran dado algún plus en mi nómina, jeje
Las personas funcionamos así y parece que a veces no se pueden decir ciertas cosas aunque las pienses porque no queda bien...
Nos movemos por recompensas, objetivos o que cada una lo llame como quiera. Esos premios pueden ser de cientos de clases: materiales, emocionales, espirituales, psicológicos, afectivos...
Y lo que nos aporta beneficios vamos a por ello. Y lo que no, lo dejamos.
Podemos plantear si es ético usar un sistema de premios para conseguir que nuestros hijos se comporten como nosotras queremos. Y el debate sería muy largo.
Yo comencé en la maternidad diciendo "premios sí", después pasé al lado contrario y dije "premios no". Y ahora no sigo a ninguna corriente y me guío por mi experiencia con mi hijo para decir "depende". Porque he visto que a veces sí necesitamos esos premios, y no se trata de que recoja su habitación o ayude en las tareas de casa, sino que adquiera ciertos hábitos que son para su beneficio.
Y también que la vida funciona así, que hay un mundo fuera de casa en que las cosas hay que ganárselas y que si quieres conseguir ciertas cosas tienes que hacer algo primero para obtenerlas.

Mayte dijo...

Yo también comencé la crianza con premios sí. A mi hija mayor no le servían, así que nunca más los utilicé con ninguno. Nosotros ni premiamos ni castigamos. Eso no quiere decir que a todos mis hijos les vaya bien, a unos les va fenomenal y a otros no tanto. Creo que cada persona tiene su proceso y que no importa tanto el método que se utilice como el momento en el que cada uno se encuentra.
Realmente es un debate muy largo, pero para mí existe una diferencia entre premiar y motivar. La motivación si la utilizo de vez en cuando y a veces esto va un poco de la mano con el premio, hay una linea muy fina.
Me alegro muchísimo de lo motivado que está tu hijo, la motivación es un motor que lo mueve todo ¡Es tan necesaria! Le deseo lo mejor en su nuevo proyecto.
Un abrazo.

Marvan dijo...

Anónimo ,), gracias por comentar. Me alegro de que te pueda servir para sentirte identificada ;).

Gracias Marisun, aún estamos pendientes de la última nota. Estoy de los nerviossss y ya he pasado de mirar la web cada media hora a mirarla cada diez minutos casi jajaja. A ver si hoy sale la notaaaaa.....
Y la frase, yo creo que (des)afortunadamente es así con casi todo en la educación. Nunca he creído en ninguna teoría como algo absoluto. Todo está bien para según qué niño, y todo hay que adaptarlo a según qué niño. Afortunadamente, porque creo que sería peligroso tener una teoría absoluta en tema de educación y desafortunadamente porque sería mucho más fácil jajajajajaj.

Maribel, yo también lo creo que al ser humano le gusta que le digan que haya hecho bien las cosas. El problema está en cuando dependemos de esta aprobación. No está mal decir que está bien hecho, está mal cuando alguien depende de que se lo digan. Esto último hay que evitarlo. Lo otro simplemente puede ser un estímulo para seguir adelante aún con más fuerza.

Mayte, como dices, es un debate que no tiene fin porque yo conozco a mis hijos y tú conoces a los tuyos y cada uno tiene que hacer lo que le va bien o lo que le dice el corazón (o el instinto). Lo de premiar y motivar es una observación interesante y como dices a veces es muy difícil de ver la diferencia. Porque el pago de la nómina puede ser una motivación, y es igual un premio. Sería la diferencia entre motivación intrínseca y motivación externa. El premio (y la nómina según cómo) sería una motivación externa. Y las ganas de pintar o crear sería motivación intrínseca y no necesito a nadie que me diga que lo hago bien porque simplemente me gusta....
Creo que todos funcionamos con los dos tipos de motivación......
Y gracias por los buenos deseos!

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